15 de marzo de 2017

TEXTOS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO DE SAN JUAN BOSCO 2017



LA CARTA
Era una noche oscura y fría de otoño. Las estrellas brillaban mucho más que cualquier otra noche, la luna se reflejaba en el estanque como una araña de plata y de fondo se podía escuchar el sonido de algunos animales nocturnos.
Yo estaba tumbada en la hierba, mirando su carta como si fuera una foto en la que él sonreía,  su sonrisa era preciosa. Leía esa carta una y otra vez, no me cansaba de leerla, era tan bonita, su letra, sus puntos y comas… todo. Parece algo absurdo estar de noche tumbada en la hierba, admirando una carta que ni siquiera estaba escrita para mí… ¡Ojala fuera para mí!
Aunque me cueste admitirlo, el hecho de que no fuese para mí, me destrozaba.
Llegaron las once y recibí un mensaje de un número desconocido. Pensé que sería alguien de la escuela, porque me dijo un simple “hola qué tal”; pero lo  dijo como si ya hubiéramos hablado antes. Yo le contesté y le pregunté quién era; pero él no contesto a la pregunta, solo siguió como si nada.
Me marché a casa y me tumbé en la cama, doblé la carta y la escondí debajo de mis libros.
Era bastante tarde, no recuerdo la hora pero ya eran más de las doce. El desconocido continuaba hablándome. No paraba de decirme que estuviera tranquila, y eso me ponía aún más nerviosa.
Comenzó a hablarme de la carta, me dijo que la leyese y que le dijese lo que ponía al comienzo y al final.
Yo no debería haberlo hecho, porque no lo conocía, pero lo hice. Contesté a todas las preguntas que él me hizo y le dije todo lo que sabía sobre aquella carta. Fue muy extraño cómo consiguió sacarme toda esa información; pero su naturalidad y confianza me hicieron responder a todo.
En su perfil había una foto ridícula, eran tres hombres vestidos de rosa, riéndose a carcajadas; eso me hizo saber que debía ser un chico. Y lo era, o eso me dijo.
Llegaron las tres de la mañana y seguía hablándome.
Al final, yo le pregunté otra vez quien era y él contestó “soy yo”, me quedé pensando y le volví a preguntar y esta vez él contestó “soy yo…el de la carta”
Me quedé paralizada y él me siguió hablando.
Él era el chico de la carta. Una carta preciosa, que hablababa de amor, esa carta que siempre quise que fuera para mi…y estaba escrita para mí.

Ángela Lucía Gutierrez Garrido- 2º ESO-

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