22 de octubre de 2019

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL



Es la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales de uno mismo y también de los demás.

Tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de relacionarnos con los demás como en las estrategias de adaptación al medio.
La inteligencia emocional puede ser trabajada y mejorada durante toda la vida

En la actualidad, la inteligencia emocional se aplica en muchos campos (clínica, organizaciones, deporte…), porque aporta beneficios tanto para la salud mental como para el rendimiento deportivo o laboral.

 ¿Qué autores hablan de ella?

Los autores más representativos son Peter Salovey; J. Mayer y Daniel Goleman

¿Qué habilidades comprende?

Existen varias competencias en función de 2 ámbitos: el intrapersonal , más relacionado con el mundo interno (autoconocimiento, autocontrol y automotivación) y el interpersonal , más relacionado con los otros (empatía y habilidades sociales)

¿Para qué nos sirve como técnicos/as de personas en situación de dependencia?

La inteligencia emocional favorece  los vínculos personales,  por lo que incluye la habilidad de compartir y entender las emociones de los demás.
Por eso en el trabajo como técnico/a, tienen más probabilidades de triunfar laboralmente las personas con esta actitud.
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos experimentamos a diario aunque no siempre seamos conscientes de ello. Son de carácter universal. Surgen ante situaciones  que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad…y nos preparan para poder dar una respuesta adaptativa a esa situación, por ese motivo, influyen en nuestra salud.
¿Cómo influyen las emociones en la salud?

Las emociones influyen tanto negativa como positivamente en nuestra salud. Si tenemos un problema como por ejemplo estrés, depresión,  dificultades económicas, un despido laboral, esto genera en nuestro cuerpo un sinfín de problemas de salud, afectando a nuestro sistema circulatorio,  inmunológico, digestivo… (herpes, problemas intestinales, cefaleas, resfriados etc).
 Experimentar ira, tristeza, ansiedad o depresión de manera intensa, tienden a producir  cambios de conducta que hace que abandonemos hábitos saludables y los sustituyamos por otros como el sedentarismo o las adicciones (tabaco, alcohol) para contrarrestar o eliminar estas experiencias emocionales.
Las reacciones emocionales negativas, prolongadas en el tiempo mantienen niveles de activación fisiológica intensos que pueden deteriorar nuestra salud si se cronifican. Esta alta activación fisiológica puede volvernos más vulnerables al desarrollo de enfermedades infecciosas o de tipo inmunológico.

 No obstante, las investigaciones revelan que no son los acontecimientos estresantes en sí los que nos producen problemas, sino la valoración y el afrontamiento que hacemos de ellos. No todas las personas se toman igual lo que les sucede.


            «La clave para alcanzar un alto cociente intelectual colectivo es la armonía social».
-Daniel Goleman-


ALUMNADO DE 2º CURSO DE ATENCIÓN PERSONAS EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA

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