28 de abril de 2020


Calahorra, 22 de Abril de 2020.
Un día cualquiera, de un mes cualquiera, en un año cualquiera. Comienza el ansiado viaje de estudios para los estudiantes de 1º Bachillerato del IES Valle del Cidacos. Ruta turística marcada: Roma, Florencia, Pisa, Venecia y Verona.
 Primera vez en avión para algunos, primera vez en el extranjero para otros y desde luego….primera vez en la que todos juntos como grupo hacemos un viaje como este……!Y sin padres!!!.  61 estudiantes en su nueva etapa de Bachillerato, 3 profesoras que hacíamos el viaje de estudios por primera vez  y una guía de excepción para la que este viaje era sin más……uno más. Empieza una aventura que desde luego fue, un auténtico aprendizaje.
            Aterrizamos en Roma con la esperanza de visitar la Ciudad Eterna de cabo a rabo. Desde nuestro primer día allí se sumó al viaje el que resultó ser el elemento 66 del grupo: el inesperado Covid-19 para el que desde luego…no había sitio en nuestro autobús.  La situación en Italia se empezaba a poner oscura y la preocupación en España sobre lo que ocurría en Italia más.
            Rápidamente tuvimos que aprender a lidiar con esto y hacer que este elemento 66 no rompiese la unión de un grupo que desde el primer momento auguraba una emulsión perfecta. Así que, aunque hubo lloros de frustración, decepciones de unos con otros, palabras en un tono alto para que todos las escuchásemos  y llamadas de atención con la finalidad de aprender a funcionar bien como grupo, todos aprendimos a dejarlo a un lado sin olvidarlo, pero no permitir que no nos dejase disfrutar del arte de La columna de Trajano, de la magnitud del Coliseo, el encanto de la Fontana de Trevi, La Piazza Navona  y tantas tantas iglesias y piezas de arte que íbamos encontrando a cada paso. 
            Cada punto de la ciudad se nos quedó corto, queríamos más, más de saber, más de escuchar, más de ver, más tranquilidad en el Vaticano y mucho más tiempo para vagabundear y dejarnos sorprender por la ciudad eterna. Impresionados por su grandeza y su majestuosidad abandonamos la cuidad dirección Florencia con la idea de una posible decepción después de lo visto y experimentado en Roma……una auténtica borrachera de arte e historia que incluso los de “ciencias” empezaban a disfrutar ¡!!!
            Asentados ya en nuestro hotel en medio de una plaza renacentista con un encanto inmedible, decidimos salir a dejarnos sorprender por la ciudad de noche. Gozamos como críos disfrutando de una vuelta en tiovivo antes de descansar para al día siguiente dejarnos invadir por la tranquilidad que ofrecía la ciudad y por el conjunto de arte que ofrece:  El Duomo, la academia y la Galería  de los Ufizzi , el mercado de San Lorenzo y ese Ponte Vecchio que nos lo hubiésemos cargado en el autobús para traérnoslo y colocarlo en el río Cidacos.
            Por decisión unánime y a pesar de la frustración que suponía, decidimos no visitar Venecia gracias al intruso de última hora. Camino de nuestro hotel en El Lido, hicimos una parada en Pisa y disfrutamos de lo lindo en un marco histórico generalmente abarrotado que aquel día, y por la influencia del pasajero 66, fue prácticamente para nosotros. Incluso nos dejaron cantar en el baptisterio para probar su increíble acústica.  No nos queríamos ir ¡!
            Lido, hotel vacío, playa vacía, tiendas cerradas al ser un destino vacacional…..vamos, pudimos campar a nuestras anchas y disfrutar sin problemas por no molestar a otros huéspedes del hotel. Al día siguiente visitamos Caorle. Un pueblo pesquero, en el que dimos un paseo por la playa e hicimos un  tour en sus dos iglesias disfrutando de la tranquilidad de sus calles y de un outlet en el que hicimos nuestras compritas del viaje. Nada de imanes para las neveras ¡!
            Así llegó el final de nuestro viaje, y en la última noche y para recapitular hicimos un repaso auténtico de todo lo visitado a modo de quiz competición en 4 grupos. Bailamos, reímos, nos imitamos y comprendimos que de verdad, y a pesar de la adversidad del momento, habíamos disfrutado de todo en un viaje sin duda excepcional. Ahora ya sabemos que las normas están para cumplirlas y más cuando las actuaciones personales afectan a un grupo, que los de ciencias y los de letras no estamos tan alejados de los de arte, que los de 16/17 podemos pasarlo bien y charlar a gusto con los de 46/47 y que da igual que uno sea profe, alumno, guía o chofer……. Todos aprendemos de todos y todos disfrutamos de todos y de todos nuestros momentos porque este grupo ya sabe que hay que estar: PRESENTES EN EL PRESENTE ¡!         

                                                
Nuria Ezquerro

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