14 de junio de 2020

TRAGEDIA CON NOMBRE Y APELLIDOS



Mayka Fernández nos relata su día a día con el ‘coronavirus’ que se ha cobrado la vida de su madre Chelo

DAVID LOSANTOS / 24 MAYO. Hoy hemos contactado con Mayka Fernández, integrante de una de las familias residentes en Calahorra que se han visto afectadas directamente por el COVID-19, una entrevista en la que nos cuenta cómo ha vivido en primera persona a lo largo de estos dos últimos meses esta dura experiencia del coronavirus: desde sus miedos a su tristeza por el fallecimiento de su madre Chelo Martínez a los 87 años de edad, pasando por cómo ha cambiado su día a día en estos dos últimos meses y su ‘nueva’ forma de ver la vida.



¿Cuántos miembros de tu familia se han visto contagiados? ¿Quién fue el primero?
En mi familia somos un total de 17 personas contando a mis padres, los 4 hijos con sus respectivas parejas y los nietos. De los 17 hemos sido positivos confirmados con PCR 7, han tenido síntomas sin confirmar 4 y 1 lo ha pasado asintomático porque en el test de anticuerpos ha dado positivo pero la PCR fue negativa.
La primera en tener síntomas fue mi madre, que empezó el 10 de marzo.

¿En qué fecha más o menos empezasteis a tener síntomas?
Mi madre, Chelo, empezó el 10 de marzo y le diagnosticaron bronquitis. Le pusieron tratamiento de antibiótico para esa “supuesta” bronquitis y tuvo otros síntomas, además de los típicos de bronquitis y coronavirus (fiebre, tos), como diarreas que en principio asociaron al antibiótico. Mi hermana tuvo síntomas leves una semana después,  yo empecé a tener síntomas el día 20 y el día 30 al haber fallecido mi madre el día anterior, me hicieron la PCR y di positivo. Mi marido comenzó con síntomas leves el 23 y el resto de afectados fueron teniendo síntomas entre medio de esas fechas (10 y 29 de marzo) y también en los días posteriores.

¿Qué medidas de seguridad tuvisteis que tener?
Aislamiento en una habitación, llevar mascarilla tanto el infectado como el resto de la familia, guantes cuando alguien entraba en la habitación, lavado de manos constante, desinfección de la casa con lejía diluida, lavar la ropa a 60 grados, utilizar cubiertos y vasos diferentes al resto, pañuelos de papel desechables. Cuando ya todos dimos negativo también desinfectamos mi casa y la de mis padres con ozono.
Sin duda el momento más duro es el fallecimiento de tu madre, ¿cómo lo sobrellevasteis?
La verdad es que fue durísimo, por la pérdida, porque estábamos con la enfermedad, por las circunstancias… no poder darnos un abrazo de consuelo unos a otros, no poder ni siquiera acercarnos… cada uno lo sobrellevamos como pudimos, estando unidos y pensando en mi padre, que era el que peor lo estaba pasando en ese momento. Además dio la coincidencia de que mi madre falleció el mismo día de su cumpleaños, el 29 de marzo, cuando cumplía los 87 años.


¿Pudisteis celebrar el funeral?
Las circunstancias fueron muy duras y, a pesar de ello nos consideramos ‘afortunados’. Mi madre falleció a las 13.05 y a las tres de la tarde estábamos cerrando su nicho en el cementerio. Fue brutal. No tuvimos tiempo de reaccionar, de asumir la pérdida, de aceptar la idea de que no la íbamos a volver a ver. Pero a pesar de ello tuvimos la ‘suerte’ de que falleciera en casa, rodeada de su marido y de sus cuatro hijos, y también fuimos afortunados porque los cinco pudimos ir al cementerio y despedirnos de ella.

¿Cómo es ahora tu día a día?
Mi día a día ha cambiado radicalmente. Al fallecer mi madre, mi familia y yo nos hemos trasladado a vivir al domicilio de mi padre, ya que tiene 84 años, también ha pasado el Covid-19 y no puede estar sólo. El confinamiento ha sido muy complicado ya que yo me vine a casa de mi padre a pasar la cuarentena con él, porque él también dio positivo el día 30, y así poder cuidarlo y acompañarlo. Mis hijos y mi marido se quedaron en casa y yo me fui a casa de mi padre y fue muy duro estar solos mi padre y yo, los dos enfermos, y no ver a mis hijos durante un mes justo nada más haber perdido a mi madre. Ahora que ya estamos todos juntos en la misma casa es más fácil en ese sentido, pero nos ha cambiado la vida radicalmente, por no hablar del hecho de hacer un traslado de domicilio en pleno confinamiento…que también ha sido complicado y muy duro.

¿Ha cambiado mucho tu manera de ver la vida ahora?
Sí. Ya no tengo miedo a los cambios. Mi vida ha cambiado tanto en 2 meses que mi capacidad de adaptación se ha ampliado de 0 a 100. Yo era una persona muy reacia a los cambios y ahora veo las cosas de otra manera.
También he visto que la vida es efímera, ya que mi madre pasó de tener una calidad de vida óptima a fallecer en 24 horas debido a las secuelas que le dejó el Covid-19, por ello ahora intento aprovechar cada momento que paso con mis hijos, con mi marido, con mi familia, con mis amigos… porque no sabemos qué puede pasar mañana.

¿Dónde o cómo creéis que os pudisteis contagiar?
No tenemos ni idea, porque mi madre desarrolló los primeros síntomas el 10 de marzo que todavía no había ni estado de alarma, así que lo pudo coger en cualquier sitio; el botón del ascensor, la manilla de una puerta… porque ella salía muy poco, de casa al huerto y del huerto a casa. Mi padre y yo lo cogimos en casa de mis padres, al atender a mi madre, pero por ejemplo la familia de mi hermano lo cogió en otro foco porque esos días no nos habíamos visto, y ellos lo han pasado los 4 y su foco no ha tenido nada que ver con el nuestro… así que realmente no sabemos dónde se pudo contagiar mi madre o dónde lo hemos cogido algunos de nosotros.

¿Crees que la gente ahora tiene cierto “reparo” a estar con vosotros después de tener coronavirus?
No, al contrario, la gente está más tranquila sabiendo que ya lo hemos pasado… porque aunque todavía hay muchas cosas que no se saben sobre el virus, y se habla de recaídas y de rebrotes, la verdad es que la mayoría de las personas creemos que habiendo pasado el virus es más difícil volver a cogerlo aunque no hay nada imposible.

¿Cómo te encuentras ahora? ¿Tienes tú o algún familiar alguna secuela?
Yo estoy bien. Noto que me canso enseguida al hacer cualquier esfuerzo pero en general estoy bien. Mi padre sí que tiene algunas secuelas y sigue tomando medicación porque tiene la analítica alterada todavía y tiene riesgo de trombosis. En general todos los que lo hemos pasado coincidimos en que cuesta recuperarse; este virus te deja muy ‘tocado’. Notas mucho cansancio y no terminas de encontrarte bien hasta mucho tiempo después.

¿Sospechasteis que podía ser coronavirus o pensabais que era otra enfermedad: gripe, alergia…?
Como ya te he dicho, a mi madre le diagnosticaron bronquitis y la trataron como tal con antibiótico. El resto sospechamos que podía ser Covid-19 en cuanto empezamos a tener síntomas.

¿Cómo lo han llevado tus hijos?
Para mis hijos, que tienen 12 y 8 años, fue muy duro, primero el confinamiento en sí, porque no salir de casa y hacer ‘telecole’ ha sido un cambio importante al que han tenido que adaptarse. La enfermedad de la abuela también les afectó, y por supuesto su fallecimiento les impresionó muchísimo. Mi aislamiento y el de su padre también han sido complicados para ellos, porque han estado 2 semanas prácticamente solos en el salón mientras su padre y yo estábamos confinados cada uno en una habitación. Y al final, estar un mes sin verme al trasladarme a casa de mi padre para hacer la cuarentena con él, tampoco fue fácil para ellos. Se han dado muchas circunstancias y no ha sido fácil para mis hijos en ningún sentido.

¿Os sentisteis arropados, ayudados, desde el sistema sanitario?
Sí y no. En el caso de mis padres la verdad es que sí. Tanto en la FHC (Fundación Hospital Calahorra) en el servicio de urgencias y en la atención a domicilio, como su médico de atención primaria han tenido un trato exquisito con ellos. Han estado pendientes, han llamado por teléfono, realizado visitas a domicilio, han hecho un seguimiento exhaustivo y el trato ha sido excepcional.
En mi caso fue algo distinto. Yo soy funcionaria y no tengo seguridad social, sino mutualidad privada, MUFACE. Al asumir el gobierno todas las competencias en sanidad, mi médico de atención primaria ya no podía derivarme a los laboratorios y servicios médicos que yo suelo utilizar, y al no tener seguridad social, nadie se hacía cargo de mi derivación para realizarme la PCR por ejemplo. Tuve que llamar repetidamente al 112 y al final, 10 días después de empezar con los síntomas, al haber fallecido mi madre y acudir con mi padre a urgencias de la FHC, volví a llamar y conseguí que me hicieran la prueba, pero todo resultó más complicado.
Mi médico de atención primaria me hacía seguimiento telefónico y el doctor de mis padres también, pero la petición y realización de las pruebas en mi caso se retrasó muchísimo y fue más complicada.

¿Qué recomendaciones harías en este momento para ayudar a controlar esta pandemia?
Recomendaría a la gente que sea responsable. Esto no es ninguna broma. Han muerto casi 29.000 personas en España y el virus sigue estando aquí. Me duele mucho cuando veo a la gente ‘saltarse a la torera’ las normas como establecer una distancia de seguridad o llevar mascarilla, porque cuando a la tragedia le pones nombre y apellidos, como es mi caso, donde una de las fallecidas en mi madre, la percepción es distinta.
En mi familia ya hemos pasado el virus, y a pesar de ello salimos de casa con guantes, mascarilla, gel desinfectante, y tomamos todas las precauciones posibles, por nosotros y por los demás. Y cuando ves que hay gente que se lo toma a ‘cachondeo’, que no respeta nada, que pone en riesgo su salud y la de los demás, duele, y duele mucho, porque yo he estado enferma, en mi familia nos ha golpeado con fuerza y mi madre ha fallecido por esto.


¿Hay algo que te hubiera gustado cambiar o hacer de otra manera durante estos días tan duros?
Cuando alguien cercano muere siempre buscas una explicación, y siempre te planteas qué podrías haber hecho de otro modo para evitar el fatal desenlace, pero la verdad es que, por más vueltas que damos todos, poco hubiéramos podido hacer. Aunque le hubieran diagnosticado Covid-19, desde el primer momento la evolución de la enfermedad hubiera sido la misma o parecida.
Hemos tomado las decisiones que en cada momento nos han parecido mejores siempre con el objetivo de acertar y de hacer las cosas lo mejor posible y aunque a veces se podía haber obrado de otro modo lo que hay que hacer es aprender para evitar que esto vuelva a pasarnos en el futuro y minimizar las consecuencias.
En nuestro caso hemos intentado ser responsables: a casa de mis padres no entraba nadie excepto mi hermana y yo desde el día 9 de marzo. Mis padres no salieron a la calle desde el 11 de marzo ya que mi madre empezó con febrícula el día 10. Hemos tomado precauciones al ir a su casa, al salir a la calle…y a pesar de todo el virus nos atacó y lo hizo con toda su fuerza.
Si teniendo cuidado estás en riesgo, si no te lo tomas en serio mucho más. Así que, por favor, RESPONSABILIDAD. El pasado no se puede cambiar, así que tomemos precauciones para tener un futuro mejor.


Hasta aquí ha llegado esta entrevista con Mayka Fernández, una calagurritana que ha vivido esta excepcional situación en primera persona, y que nos deja ese último mensaje de que hay que disfrutar cada momento como único y excepcional, porque en cuestión de horas todo puede cambiar ‘del blanco al negro’ en tu vida. Un emotivo homenaje a su madre, Chelo Martínez, víctima del coronavirus.

DAVID LOSANTOS 2º A

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