3 de junio de 2024

EL ABISMO DEL OLVIDO (Investigación de David Losantos, 2ºBCT)

 

La verdad es que durante todo mi periodo escolar he oído y he estudiado bastantes aspectos sobre la guerra civil española, pero ha sido después de leer el libro “El abismo del olvido” de Paco Roca y Rodrigo Terrasa cuando he sentido la necesidad de dar voz a mis antepasados, los cuales sufrieron en sus propias carnes la violencia extrema a la que conducen las guerras, sobre todo, si se trata de guerras civiles en las que  conciudadanos e incluso miembros de una misma familia luchan e incluso se matan entre sí.

En este libro, el autor escribe que “El olvido es el abismo que separa la vida de la muerte. Según Platón los seres humanos se dividen en dos partes: cuerpo y alma. El cuerpo es mortal y el alma es eterna. El alma está en la memoria y solo el olvido acaba con ella. El olvido es la muerte, pero recordar es traer de vuelta a los que no están, al recordarlos, las almas recuperan la voz para que sean eternamente recordadas”. Al leer estas palabras, se ha despertado en mí las ganas de recordar a mis familiares que lucharon e incluso murieron en este cruento episodio de nuestra historia más reciente.

Nunca me había planteado la importancia de recuperar las historias de las miles de personas que fueron vilmente ejecutadas solo por tener unas u otras ideas o simplemente por no caer bien a los que en ese momento tenían el poder. Alguna vez, había oído que mi bisabuelo materno luchó en la guerra, que mi abuela nació en el año del hambre (1941), que mi bisabuelo paterno fue asesinado durante la guerra… pero hasta ahora consideraba que eso pertenecía al pasado y por ello, ya no merecía la pena hablar de ello. Sin embargo, tras la lectura de este libro, mi opinión ha cambiado y ahora considero importante contar todo lo sucedido y dar voz a todos aquellos que la perdieron tan absurdamente como es el estallido de una guerra civil.

Comenzaré hablando de mi bisabuelo Valeriano Gutiérrez Ruiz, que era el hijo mayor de seis hermanos, tres chicos y tres chicas. En 1935 se casó con mi bisabuela Benita Garrido Marcilla y en 1936 recibieron la buena noticia de que iban a ser padres, Benita estaba embarazada de su primera hija y estaban muy contentos e ilusionados. Pero en julio de ese mismo año, estalló la guerra civil y todo cambió. Valeriano fue conscripto por el bando nacional y tuvo que abandonar su casa y su familia. Junto a él, también fueron reclutados sus otros dos hermanos, Gabino y Jesús, y en ese momento como eran tres soldados los que aportaba la misma familia, sus padres pudieron elegir a que hijo dejaban en casa, lo lógico hubiera sido que ellos hubieran escogido a Valeriano dado que en breve sería padre, su hija nació el 2 de octubre de 1936, pero en esta ocasión fueron egoístas y eligieron a Gabino que vivía con ellos en casa para que les ayudara con las faenas del campo.

Así que mi bisabuelo luchó durante tres largos años en este horrible conflicto y no conoció a su hija Pilar hasta que no terminó la guerra. Valeriano era un hombre jovial, risueño, bromista, lleno de sueños… pero tras esta durísima experiencia, regresó un hombre distinto, malhumorado, tristón, taciturno… nunca volvió a ser el mismo. Había perdido mucho peso y estaba lleno de piojos y chinches. Tuvieron que raparle el pelo al cero para terminar con los piojos y quemar la ropa para poder acabar con los chinches, tenía numerosas heridas físicas que tardaron en curar, pero lo peor de todo fue la cicatriz psicológica que le dejó las duras vivencias experimentadas, las cuales lo atormentaron durante años y que muchas veces no lo dejaron dormir. Su hija Pilar, que durante todo este tiempo nunca había visto a su padre ni a ningún hombre, lloró al verlo y tardó mucho tiempo en aceptar que ese desconocido, en realidad, era su padre.

Mi bisabuelo nunca quiso hablar de lo que había vivido y visto durante esos tres largos años y si veía en la televisión algún reportaje, película, noticia… relacionada con la guerra, se levantaba y apagaba la televisión mientras decía que él ya había tenido guerra para el resto de su vida. Poco después de su regreso, Benita volvió a quedarse embarazada y en abril de 1941, nació su segunda hija, Gloria, mi abuela y la persona que me ha contado todo lo que estoy escribiendo. Pese a que ella era muy pequeña, recuerda a la perfección la cartilla de racionamiento con la que tenían que ir a comprar el pan, el azúcar, la harina, el arroz o el aceite y como la gente pudiente compraba productos como el aceite de oliva, huevos, pan blanco, chocolate o café de estraperlo y pagaban por ellos dos veces o incluso hasta tres veces su valor real en el mercado. Fueron tiempos muy duros en los que pasaron hambre y mucho frío, sobre todo en los largos inviernos que por esos años había en esta zona, ya que no había calefacción en las casas y la ropa de abrigo tampoco protegía mucho ya que no era de buena calidad o estaba muy vieja y ya no resguardaba del frío.

Mi abuela Gloria también me ha contado que durante la guerra civil un primo de su padre Valeriano, Román Gutiérrez, tuvo que permanecer durante casi 40 años escondido para no ser fusilado. Un día, los falangistas estaban preparando una saca en Calahorra y fueron a casa de los padres de Román, se lo llevaron a la fuerza y lo subieron en un camión con otros tantos hombres. Al llegar al puente de la Catedral, Román se tiró del camión. En ese momento, no se percataron de ello, pero al ir a ejecutarlos, se dieron cuenta de que faltaba Román y volvieron a su casa para buscarlo de nuevo. A sus padres le dieron una paliza para que confesara donde estaba su hijo: al padre le pegaron con una estaca y a su madre le cortaron el pelo y le obligaron a tomar aceite de ricino, pero nunca confesaron el escondite de Román. Durante años, sufrieron visitas inesperadas para intentar averiguar dónde estaba Román escondido, pero nunca lo encontraron. La verdad es que mi abuela tampoco supo nunca donde estuvo escondido durante todo ese tiempo. Ella cree que realmente estaba en su casa, pero por más registros que hicieron, nunca lo atraparon. Solo cuando terminó la dictadura, Román pudo salir de su escondite y empezar a llevar una vida normal y, lo logró ya que finalmente, se casó y tuvo dos hijos.

Por otro lado, mi padre me ha contado alguna vez que a su abuelo y a su tío los habían matado en la guerra civil pero que no sabía mucho de esta historia porque esto sucedió cuando su madre tan solo tenía cinco años y no se recordaban mucho datos de ello. Así que dispuesto a darles voz, esto es lo que he investigado y he averiguado tras la lectura de los libros “Aquí nunca pasó nada. La Rioja 1936” de Jesús Vicente Aguirre González y “Volver a casa. Exhumaciones de víctimas de la Guerra 1936-1939 en La Rioja” de Carlos Muntión Hernáez, Jesús Vicente Aguirre González, Emilio Barco Royo, José M.ª Lander Fernández y Tomás Llanos Justa, además de consultar varias páginas web.

Mi bisabuelo paterno se llamaba Valeriano Ezquerro Fernández, igual que mi otro bisabuelo, ¡qué coincidencia!, se casó con Juliana San Juan Ciordia y tuvieron seis hijos: Félix, Raquel, Onofre, Asunción, Blanca y Sara (mi abuela), ambos eran naturales de Ausejo, La Rioja. Valeriano era zapatero y electricista, además de ser una de las primeras personas de este pueblo en cultivar champiñón, algo por lo que años después es conocido Ausejo ya que es una de las localidades, junto con Pradejón y Autol, que se dedica a la producción de seta y champiñón en nuestra comunidad autónoma. Tenía 46 años en el momento de su ejecución. Félix era hijo de Valeriano y Juliana. Era electricista como su padre y músico, tocaba muy bien el violín y tenía un “Stradivarius”. Estaba soltero y tenía 20 años cuando lo asesinaron.

Valeriano era republicano radical socialista y más tarde fue de Izquierda Republicana. En abril de 1933, hubo elecciones en Ausejo y Valeriano fue elegido concejal y formó parte de la Junta local de enseñanza primaria. En marzo de 1934 fue destituido de su puesto junto con otros tres concejales para volver al ayuntamiento, nuevamente como concejal, en marzo de 1936. Entre todos los concejales constituyeron una Gestora que presidió Jesús Merino Muro.

Poco antes de las elecciones de febrero de 1936, Ausejo recibió la visita de varios políticos y oradores. Por ello el Ideal Cinema se llenó para escuchar al comunista logroñés Fortunato Vicente, al republicano Domingo Martínez Moreno, a la tabaquera Luisa Marín y al socialista Antonio García Rincón. La presentación del acto corrió a cargo de mi bisabuelo Valeriano Ezquerro, y tristemente los cinco oradores fueron asesinados tan solo unos meses después.

El 2 de marzo de 1936, el alcalde Merino presentó a votación un escrito dirigido al párroco Honorio Rioja por el que se prohibía el toque de campanas en todos los actos religiosos o no religiosos ya que hacían mucho ruido y molestaban al vecindario. Este escrito fue aprobado con los votos de varios concejales, entre ellos Valeriano, aunque cuatro de ellos votaron en contra para posteriormente presentar su dimisión entre el 5 y el 8 de marzo. El Ayuntamiento aseguró que había presentado este escrito al párroco porque así lo habían pedido multitud de vecinos del pueblo. El 11 de marzo, el gobernador designó a otros cuatro concejales para sustituir a los que habían presentado su dimisión. Todos eran de Izquierda Republicana y entre ellos se encontraba, José San Juan Ciordia, hermano de mi bisabuela Juliana y, por tanto, cuñado de Valeriano. El 18 de abril, el alcalde se quejó ante el Gobernador Civil, una vez más, de la actitud del párroco que se dedicaba constantemente a la propaganda política en los Centros Católicos, o sea, en la Iglesia Parroquial.

En general, el pueblo recibió con alborozo la República porque había leyes más ventajosas para la mayoría, por ejemplo, crearon una cantina municipal para dar de comer a 25 niños y otras 25 niñas que estaban habitualmente mal alimentados, pero perjudiciales para los que siempre habían tenido el poder y los privilegios. Por ello, los que más se opusieron fueron: los monárquicos ya que veían peligrar sus tierras, los militares africanistas porque no tenían guerras para poder ascender y la iglesia que veía como todos sus privilegios desaparecían: escuela pública, sin crucifijos… poco a poco la tensión entre ambos bandos iba en aumento y los extremistas de ambos lados aumentaban las provocaciones.

El 29 de junio el altar mayor de la iglesia parroquial de Santa María fue quemado y anteriormente, en la noche del 6 al 7 de abril, también había sido incendiada la ermita La Antigua.

El 19 de julio las columnas de requetés y falangistas inundaron Ausejo de boinas rojas y camisas azules. La sesión plenaria del 22 de julio aún la presidió el alcalde Jesús Merino Muro con asistencia de Pedro Preciado Espinosa a quien se nombró nuevo alcalde presidente con poderes para renovar la corporación. Firmaron todos los gestores, entre ellos Valeriano Ezquerro y José San Juan. El día 25 de julio ya se produjo la primera ejecución de Blas Ezquerro Heras en la ermita, junto al lavadero.

En la tarde del 4 de agosto apareció en Ausejo “el Chato de Ribafrecha” y se juntó con varios falangistas del pueblo en el café de la Unión. Ordenaron al alguacil, Pío Ramírez San Juan que fuera a la eras y comunicara a los acusados, 14 personas, que debían presentarse en el Ayuntamiento. Si el alguacil se encontraba con alguien de camino, solía comentar en voz alta lo que iba a hacer para que de este modo si alguien oía su nombre pudiera escapar y así él no tenía que llevárselo a la fuerza. Entre los catorce estaban: mi bisabuelo Valeriano Ezquerro Fernández, su hijo Félix Ezquerro San Juan y su cuñado José San Juan Ciordia (era agricultor, estaba casado y tenía cinco hijos, fue fusilado con 39 años). Fueron acusados de los incendios y de esmochar unas viñas mandados por uno de la CNT. Nadie pudo parar esa injusticia, ni tan siquiera el alcalde, y el cura ni lo intentó. Por ello, en la noche del 4 al 5 de agosto, conocida posteriormente como “la noche de los catorce” se llevó a cabo el asesinato de estos 14 inocentes.

Según el padre de Alberto y Valeriano Gil Pérez, quien estaba con sus dos hijos en la era cuando el alguacil fue a decirles que tenían que ir al Ayuntamiento, todo sucedió así. El padre decidió acompañar a sus dos hijos, pero no le dejaron entrar y permaneció en el pasillo. Dentro había mucha gente: las víctimas, curas, falangistas… Nada más entrar, los detenidos fueron atados de pies y manos y los mataron dándoles golpes con estacas de monte. El padre oía decir “qué costillas más duras” y “no hemos sido nosotros, buscad declaraciones y testigos”. Después le dejaron pasar y le hicieron caminar tres veces por encima de los muertos. A él no lo mataron porque el alcalde dijo que ya tenía suficiente castigo con ver a sus dos hijos muertos y lo mandaron para casa, de este modo pudo contar todo lo sucedido ese día. En el Ayuntamiento estaban los catorce muertos, así que entre dos cogieron los cadáveres, uno de los brazos y otro de las piernas y los echaron desde el balcón del Ayuntamiento a la camioneta que estaba tres metros más abajo como si fueran sacos de basura. Mientras los iban tirando, les daban un tiro de gracia por si todavía alguno estaba vivo. Entre los asesinados, también estaba una mujer, Felipa Martínez González, que estaba embarazada y dicen que, al tirarla al camión le salió el hijo reventado. Los cuerpos fueron arrojados en la cuesta de la Gata, término de Calahorra.

En lo personal, diré que mi abuela Sara, hija de Valeriano, hermana de Félix y sobrina de José, murió cuando yo tenía ocho años, pero aun así recuerdo los pocos datos que conocía sobre la muerte de su padre, de su hermano y de su tío. Yo creo sinceramente que mi abuela Sara fue víctima de la desmemoria, o más bien del miedo, que su madre Juliana tuvo tras la muerte de tanto ser querido en un mismo día. La bisabuela Juliana, a partir de aquella maldita noche, 5 de agosto de 1936, vistió de luto para el resto de su vida y se pasó el día llorando y suspirando hasta que murió en 1977. Si alguna vez mi abuela preguntaba por su padre, su madre solo le decía que era muy bueno y que lo habían asesinado por envidia ya que había comenzado con el cultivo del champiñón y le habían acusado de traer bombas desde Francia ocultas en la simiente del champiñón. Además, ella recordaba que su padre era el encargado de dar la luz al pueblo y que su hermano era un chico muy inteligente al que le encantaba tocar el violín. También hay que tener en cuenta que mi abuela era muy pequeña cuando su padre fue asesinado, tan solo tenía cinco años, pero ella nunca supo que su padre había sido concejal y por ello, mi padre tampoco lo sabía, por lo tanto, es algo que he descubierto al investigar sobre mis antepasados. Mi abuela también me contó en alguna ocasión, que después de la muerte de su padre y hermano, les quitaron muchas de las posesiones que tenían y que a veces les hacían burla y venían a venderles insignias de la falange. También, gracias a este trabajo, he averiguado que mi bisabuelo Valeriano en realidad fue criado por unos señores, y no por sus verdaderos padres que eran zapateros. Estos señores tenían hijos con los que Valeriano convivió como si fuesen hermanos o primos, y eso lo demuestra que así se llamaban entre ellos, y justamente uno de ellos es el que luego le denunció, fue el chivato que ocasionó su muerte y la de otras trece víctimas más.

En principio, se creyó que Valeriano y su hijo fueron enterrados juntos en un saca cerca de Calahorra, pero más tarde se descubrió que Félix fue enterrado en Tudelilla y su padre en Calahorra con el resto de los ejecutados ese día. Mi bisabuela nunca quiso saber nada y nunca contó a sus hijos nada más allá de que habían sido asesinados durante la guerra civil pero, en mi opinión, muchos hombres y mujeres no solo fueron asesinados por su ideología, sino que también hubo mucha gente que murió por envidia de los trabajos o de la posición social, o por si era más guapo o afortunado … yo creo que la guerra civil, a veces, fue una excusa para deshacerse de todos los que a los que tenían el poder en ese momento les caían mal por la causa que fuera.

Para terminar, diré que me parece de suma importancia recuperar los cuerpos y la historias de las personas asesinadas durante la guerra civil ya que es una manera de honrar la memoria de los fallecidos y a la vez, sirve para cerrar las heridas emocionales en las familias afectadas, ya que proporciona un sentido de justicia y reconciliación histórica al permitir que todas las víctimas, sean del bando que sean, reciban un entierro  adecuado y que sus seres queridos encuentren un espacio para el duelo y la despedida. La falta de conocimiento sobre el paradero de los seres queridos puede causar un profundo sufrimiento psicológico en las familias, que a menudo no pueden completar el proceso del duelo sin una despedida adecuada de sus seres queridos.

Además, la recuperación de los cuerpos de las víctimas contribuye a la reconstrucción de la verdad histórica y ayuda a evitar que las atrocidades del pasado caigan en el abismo del olvido. También puede ayudar a consolidar la democracia y a construir puentes hacia un futuro en el que prevalezca la paz y el respeto mutuo, por tanto, creo que es de vital importancia recuperar los cuerpos para de esta manera dar voz a todas esas personas a la que silenciaron tal injustamente para que no caigan en el abismo del olvido.

 

 

David Losantos – 2º Bach.




29 de abril de 2024

RECITAL "NO TODOS LOS POETAS ESTÁN MUERTOS"

 Los Laristas ofrecieron un recital poético el pasado viernes 26 de abril para el alumnado de 1º de Bachillerato.

Aquí os ofrecemos la historia de cómo el grupo responsable del recital comenzó a implicarse e interesarse por el mundo lírico y el modo en el que su trayectoria se ha ido marcando:

"Manu empezó a estudiar Filosofía en Granada y, seducido por la literatura, se pasó a Filología Hispánica aquí en Logroño. 

Álex nació en Constança (Rumanía) pero ha pasado su infancia en Logroño; estudia Filología Hispánica y ha tenido un grupo de rock (Ipanema) que ahora vuelve a estar en activo.

 De mí no sé qué decir, que estudio Filología Hispánica. Nos gustan los poetas viejunos del siglo XX (generación del 50: Claudio Rodríguez, Gil de Biedma,  Caballero Donald), la poesía hispanoamericana (especialmente Jorge Teillier y los poetas chilenos) y también los poetas de la Escuela de Logroño (Manuel de las Rivas, Roberto Iglesias, Alfonso Martinez Galilea, Desiderio Morga...).

Hemos hecho dos números de Lares y nuestro objetivo es dar (y darnos) la oportunidad a poetas jóvenes locales o desconocidos de publicar algunos versos y conocer a gente tan rara como nosotros (para sentirse menos solo). 

No tenemos ánimo de lucro ni de fama, sino que queremos seguir siendo aficionados de la poesía. Lares se llama así en honor a Los poetas de los lares, un manifiesto de 1965 de Jorge Teillier en el que reivindicaba a los poetas provincianos, especialmente aquellos que defienden la conservación de las costumbres y tradiciones de sus pueblos, la vida tranquila, la conexión del hombre con la naturaleza... Y más que nada que estamos agradecidos por este reconocimiento inmerecido que hemos tenido estas dos semanas y que, si alguien está interesado, es probable que hagamos un Lares III, así que leeremos los textos que nos tengan a bien mandar."

11 de abril de 2024

EXCURSIÓN DE 4º ESO A SORIA

 Un curso más, el alumnado de 4º ESO visita la hermosa ciudad de Soria para recordar las personalidades literarias más importantes que pasaron por ella y conocer más sobre la historia de Numancia.

El martes 9 de abril, tras un viaje de hora y media desde Calahorra, los alumnos de 4º llegaron al monasterio de san Juan de Duero, donde, en compañía del profesorado del centro que se desplazó con ellos, recibían la explicación de la guía sobre los aspectos más importantes de este monumento.


A continuación, y siguiendo el recorrido hacia el Paseo de los enamorados, pasaron junto al monumento a Bécquer, donde todos quisieron hacerse una foto con el poeta.


De camino a la ermita de san Saturio y a orillas del Duero, se leyeron algunos poemas de Machado que recreaban el lugar en el que se encontraban los alumnos.




Más tarde, visitaron el Instituto Machado, donde el poeta impartía clase.



El recorrido se completó con el paso por la Plaza Mayor hasta llegar hasta el cementerio del Espino, donde se encuentra la tumba de Leonor, la esposa de Antonio Machado.

Tras una pausa para comer y descansar, visitaron el Museo numantino. 


13 de marzo de 2024

RESEÑAS CONCIERTO B-VOCAL

 A principios del mes de marzo, alumnado de Música de 2º, 3º y 4º de ESO viajó a Logroño para acudir al concierto de B-Vocal. 


A continuación encontraréis algunas reseñas redactadas por los asistentes:

Ana Ruíz Martín (4º ESO): "Hola Rosa: primero, gracias por hacer esta excursión porque ha sido muy entretenida y divertida, ya que aparte de tener temas sobre la historia de la música que normalmente lo sentimos como algo aburrido y de estudio, al tener partes de humor se ha hecho muy entretenido el espectáculo. Me ha hecho mucha ilusión saber que recordaba la música de la que hablaban y estar con mis amigos viéndolo ha hecho que la actuación fuera mucho mejor."

Adriana Martínez Redondo (3º ESO): "El concierto de B Vocal ha sido muy interesante y en lo personal me ha gustado bastante.
Nos explicaban la historia de la música desde los principios de los tiempos hasta la actualidad.
Han utilizado conceptos muy amplios y con una pizca de humor para que sea más llevadera la teoría.
Y han cantado canciones bastantes chulas.
¡Recomiendo totalmente ir a verlos, te echarás unas risas y aprenderás cosas muy interesantes!!!!"

Amanda Alesanco (3º ESO): "A mí me ha parecido esta actuación muy entretenida y muy divertida ya que he podido refrescar mis conocimientos sobre toda la música a lo largo de la historia y me ha hecho mucha ilusión ver que conocía todo ese tipo de música. A parte me ha parecido un espectáculo muy entretenido y gracioso por las pelucas y por cómo imitaban todo y me ha sorprendido la habilidad que tienen con voz y se me ha pasado rápido y también he estado a gusto por haber podido ir con mis amigos. Gracias."

Naia Ochoa (3º ESO): "B Vocal es un grupo el cual es imposible pasarlo mal, es muy divertido y productivo, también es educativo y las representaciones desde el comienzo de los sonidos hasta la música de hoy en día.
B Vocal es impresionante, el beatbox es alucinante tanto los agudos como los graves si pudiera repetir esta experiencia, lo haría ya que son un grupo magnifico."

Eneko Ciordia (3º ESO): "En esta obra de teatro de b vocal nos representa cómicamente cómo la música vocal ha evolucionado a lo largo de la historia cantando y representando las obras y los compositores más famosos de la época."

Laura Elena Groza (3º ESO): "B vocal, un grupo de 5 miembros excepcional que capta la atención con cada sonido que representan, expresivos y que simplemente son imposibles que te aburras ya que son sorprendentes.
Nos cuentan la historia de la música desde el principio del sonido hasta nuestros tiempos con canciones increíbles y de hermosos poetas, si pudiera venir otra vez como la primera vez, lo haría."

Mei Velar Herrera (3º ESO): "Una experiencia única con humor y a la vez te cuentan la historia de la música, mientras te cantan algunos temas de esa época metidos en el papel con un toque de humor de estos tiempos. Muy bueno para recordar las épocas, cuando empezó en la edad media, pasando por los diferentes estilos como el jazz, rock, los diferentes tipos de canto en el renacimiento, el barroco y sus óperas, la música clásica con Mozart entre otros músicos reconocidos, y todos los estilos musicales a través de la historia con sus vocales e imitaciones de diferentes instrumentos de cuerda, viento, percusión etc. Se te pasa ameno, muy entretenido y muy divertido para mí."


6 de marzo de 2024

RELATOS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO DE SAN JUAN BOSCO 23-24

 VALOR EN DESCOMPOSICIÓN


El tiempo pasa excesivamente despacio.

No tenía ni idea de cómo completar mi novela. Cada vez que la leía sentía que no estaba aportando nada nuevo. Todo lo que pienso, imagino y relato eran historias ya contadas, vivencias ya pasadas. Mi mente no tenía espacio para nada más, ya que estaba compuesta por pedacitos de cultura que había ido adquiriendo a lo largo de los años, sin dejar espacio para expandir.

La novela tampoco tenía que ser brillante, al fin y al cabo, era sólo un proyecto escolar que nadie recordaría. Tampoco yo volvería a mencionarlo, por lo que pasaría a ser una de esas vivencias ya pasadas pero, en este caso, enterradas. No podía hacerle justicia a mi pensar. Ya podía visualizar perfectamente lo que iba a ocurrir.

Yo, enfrente de toda la clase, con las manos temblorosas sujetando un papel lleno de tachones y arrugas, reflejando la poca estabilidad puesta en el proyecto. La profesora, mirándome fijamente y, no porque le interese de verdad lo que estoy narrando, sino porque es su trabajo. Posiblemente escuchará el principio, mientras se pierde poco a poco en su mundo durante el desarrollo, para pasar a un despertar casi inmediato mientras doy paso al desenlace.

Finalmente, anotará un número en su libreta. Es increíble lo que conllevan dichos números, aunque todos lo hemos asimilado ya, haciendo que hasta nos sintamos perdidos frente a su carencia. Por otro lado, mis compañeros. Ellos permanecerán en sus sillas. Unos mirándome, aunque su mirar esté traspasando mi figura y llegando a otros rincones que nada tienen que ver con mi lectura; otros haciendo deberes de otras asignaturas (no les culpo, yo a veces también sufro un proceso de deshumanización en el que me convierto en una máquina que sólo busca realizar lo ordenado); hasta llegar a alguno que sí está escuchando, no porque se sientan conmovidos, sino porque buscan razones para sentirse mejor con su propio trabajo, resaltando cada uno de tus fallos y exteriorizándolos a modo de risa, miradas de complicidad o suspiros. Al terminar, todos aplaudirán, lo cual ha perdido totalmente su significado. Es un movimiento automático, sin sentido alguno, casi haciéndolo parecer una invitación a sentarte ya que ya han oído suficiente.

Mucho peso le estoy dando ahora, pero esa reacción ni polvo será. Al llegar a casa no tendré reacción alguna. No hay satisfacción, poniéndola en una vitrina o meramente guardándola con cuidado; pero tampoco hay descontento, no haré el esfuerzo de sacarla de la mochila para romperla o tirarla. Se quedará ahí. Si fuera un ser humano estoy segura de que su pena y lamento serían tan grandes que no moriría por causas de deshidratación, sino ahogada en su propio llanto. No se moverá, no hará ningún ruido. Se perderá en la eternidad física y espiritual, ya que tampoco formará parte del recuerdo de nadie. No será. Su valor no existirá.

Así pasarán los años, llenos de ese tipo de escritos. Ninguno permanecerá. Habrá similitud con mi propia vida. Todo se irá, junto a mi aliento por mucho que yo no quiera. Nadie aquí merece suficientemente la pena como para ser salvado por un ente superior. Ni siquiera nosotros mismos lo haríamos, ya que en el fondo somos conscientes de nuestro valor, el cual lleva siendo un número desde que nacemos hasta que nos pudrimos. Igual que aquella redacción que escribimos en un curso que no volverá a ser mencionado. Descompuesto, sin número, porque eso ya implicaría darle demasiada atención e importancia. No somos nada, y nunca expondré esto con el valor e implicación que encuentro en esos pedacitos de cultura que tengo incrustados. No recitaré poemas como en “El club de los poetas muertos” ni contaré una historia desgarradora desde el corazón aunque tenga consecuencias mortales, como en “Napola”.

No pido vivir una tragedia, pero sí ser capaz de contarla en primera persona, consiguiendo la atención y compasión de todos los que la escuchen. En fin, dudo que mi esfuerzo ante la novela sea apropiadamente juzgado y recompensado, así que la termino como quien vive su vida colgado de la inercia. Todo pasará al igual que lo he redactado, haciendo que este pequeño papel con mis pensamientos sufra el mismo destino. En todo momento estaba en mi casa, y bajé las escaleras, comprobando que todo seguía igual. Nada cambiaría, ni nada haría que cambiara. Tampoco esperaba que lo hiciera, sólo quería continuar paso a paso con el destino que se me había asignado. Siempre me quedaría con ese número, y ya lo había empezado a aceptar. 

 

 

Irune Lorente Alcalde 


20 de febrero de 2024

RELATOS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO DE SAN JUAN BOSCO 23-24

DESCUBIERTO POR ACCIDENTE



 
Uno de los eventos más importantes de la humanidad sucedió en mi ciudad, en una simple tarde 
de invierno. En aquel entonces era domingo por lo que Calahorra estaba sumida en el silencio ya que todo el mundo estaba aprovechando su último día del fin de semana, antes de afrontar el duro inicio de la siguiente. 

Parecía un domingo normal, como cualquier otro, salvo que, de repente, el abrumador silencio se vio interrumpido por un sonido, que se asemejaba a un trueno, que resonó hasta en las calles más escondidas de la ciudad. 

En aquel entonces estaba en clase y bajé las escaleras para ver qué había sucedido. Nada más salir de la puerta principal del portal me encontré con una de las imágenes más impactantes de toda mi vida, una de las que nunca se olvidan. Se trataba de una inmensa roca brillante de por lo menos cinco metros de altura depositada en medio de la calle como si una hoja caída de un árbol se tratase. Nunca me olvidaré de las miradas de confusión de la población que al igual que yo, buscábamos respuesta a este raro suceso. 

Resultó ser que aquel ``trueno´´ se trataba del impacto que sufrió la roca tras, lo que parecía ser, caer del cielo. 

De inmediato se llamó a las autoridades que trataron de retirar durante los próximos tres días la roca para así poder investigar de qué se trataba y a qué se debía este suceso. Yo siempre les veía de camino al instituto y no podía evitar pensar en mil teorías sobre su origen, uso... 

Una semana después ya no quedaba rastro de la piedra. La cual ya era tendencia en todos los noticieros locales. Bueno, al menos eso era lo que yo pensaba. 

Esa misma semana fui a ver con más detalle el hueco inmenso que había quedado en la carretera debido al impacto. Era de noche, por lo que iba con cuidado para no tropezarme. De repente, algo llamó mi atención. Un trozo de lo que parecía ser... ¡Parte de la roca! Me apresuré a cogerlo y nada más tocarlo, empezó a emitir una luz verde de una intensidad parecida a la de la luz de los coches. Tenía tanto poder que solo recuerdo quedarme cegada por su esplendor ya que después caí al suelo, impactada. 

Desperté confundida y vi que me había hecho un golpe en la cabeza. Preocupada, sin pensar, toqué la herida con la misma mano con la que seguía sujetando la piedra y, nada más ejercer un segundo de contacto, lo que pensaba que sería una herida letal empezó a sanar mágicamente. Tras quedar confundida me di cuenta de que en mis manos contaba con la solución de millones de problemas en el mundo. Un descubrimiento que marcaría un antes y un después en la medicina moderna. Pero, justo cuando me levanté corriendo para contarle a alguien mi descubrimiento unos hombres vestidos de negro pasaron en frente de mí y me dijeron: Como le cuentes a alguien lo que acabas de ver, acabarás con grandes problemas... 

¿Qué acababa de suceder? Al parecer se avecinaban una serie de trágicos eventos para mi persona... 



Elena Dineva Sashova

RELATOS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO DE SAN JUAN BOSCO 23-24

 ALGUIEN DE COMEDIA

Estaba en casa y bajé las escaleras. 

¿Qué divertida la vida, no?

¡Qué divertido es tener hermanos!, ¿no? Más siempre es mejor.

 

¡Qué divertido es el estrés!, ¿no? Cuanto más lo acumules, peor explota. 

Cuando solo te llaman para que les hagas de silla humana…  No lleves la contraria. Si no, te harán trizas física o mentalmente. Los cobardes son los que para defenderse necesitan las manos. 

Cuando explotes en un mar de lágrimas, dirán: "no llores”, “para ya”, “no te hagas la víctima”, “no ayudas aquí”,...

¡Qué divertido es que te hagan quedarte como el malo, bromeen de tus problemas y jueguen con temas delicados! Yo solo me callo.  

Aguanto las lágrimas.  

No tengo ganas de vivir ni de seguir, me siento vacío, como las patatas del supermercado. 

 La comedia es mi escudo, mis juguetes mi espada. Irónicamente alguien cuya personalidad no convence es la única que acompaña. No se hacen amigos en segundos. 

Siento que no les importo, oculto todo con locura y comedia.  

Empezó todo en las escaleras. Solo me dan ganas de llorar, reír,...


Santiago Gil Espinosa