12 de abril de 2019

RELATOS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO DE SAN JUAN BOSCO


MARINA Y SU ÍNCREIBLE SÁBADO

Marina se despertó un día, como normalmente hacía. Siguió su rutina matutina de sábado, hasta que llegó la hora de la comida.
Resulta, que Marina se había inscrito para poder entrar en el equipo femenino de fútbol, hacía ya dos semanas.
Entrenó durísimo hizo tantos ejercicios, que ya no tenía más que hacer. Sus padres, la observaban, veían todo el esfuerzo que dedicaba. Solía hacer un pequeño “descanso”, haciendo toques.
Era una futbolista inconcebible. Era alucinante la ligereza con la que manejaba el balón, parecía magia.
Comenzó a cambiarse de ropa y a ponerse su futura equipación.
Quedaban diez minutos para que las pruebas comenzasen y ella, empezó a calentar con las piernas y pulso temblorosos. Ejercicios aquí, ejercicios por allá.
Las pruebas transcurrían y a Marina la seguían sin llamar.
La llamaron y procedió a hacer lo que le mandaban.
Cuando llegó la parte de “sprintar”, se emocionó, ya que era lo que mejor se le daba.
Corrió como si la vida le fuese en ello.
Mientras los entrenadores comprobaban su resistencia de carrera, se retorció el tobillo. Lo dejó pasar. Las pruebas terminaron y sentía un fuerte dolor, pero le siguió sin dar importancia.
Los resultados de la prueba se los dirían la semana siguiente.
Se fue a casa y advirtió a su madre de inmediato de lo ocurrido, para recuperarse lo antes posible. Juntas fueron fue al médico.
¡Un mes de reposo!
Marina, no podría repetir las pruebas, ya que le habían diagnosticado una fisura en el tobillo.
Realizó rehabilitación intensiva para poder recuperarse e intentar realizar las pruebas.
A la semana siguiente y sin consultar al médico ni a sus padres, tomó la peor decisión de su vida; ir a aquellas esenciales pruebas para ella.
Como no, empezó a jugar y obviamente seguía con molestias hasta que de repente jugando el partido cayó al suelo con todavía más dolor que la anterior vez y gritó: “Odio visceralmente el fútbol”
Tuvo que ir al hospital de inmediato y contó la situación en la que estaba.
El doctor y su madre comentaron que debía dejar el fútbol durante un periodo de tiempo muy largo, necesitaba reposo absoluto.
Pasó el tiempo, la lesión pasó y en ese paréntesis, Marina decidió no volver a pisar un campo de fútbol. Esta decisión la tomó por sí sola; no dejó que nadie cambiase su idea ni que nada le hiciera sentir tan estresada como para estar perdida si no lo conseguía.
Dejó su pasión, su motivación y su estilo de vida…hasta entonces.
                                                                          
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                                                 Lía Ezquerro 1ºA


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