Un año más los alumnos de Bachillerato del I.E.S. Valle
del Cidacos disfrutamos del viaje de estudios que como, ya es costumbre, tuvo
como lugar de destino Italia,donde visitamos algunas de sus ciudades más características:
Milán, Venecia, Florencia, Siena y Roma. La fecha elegida para tal ocasión
fue la de finales de febrero, y a pesar de todo, pudimos disfrutar en su mayor
parte de temperaturas primaverales.
Nuestro viaje comenzó en Barcelona donde pusimos
rumbo a Milán. Aquí solo
permanecimos unas pocas horas pero suficientes para poder visitar el Duomo de
Milán, catedral gótica, desde la cual pudimos también contemplar unas vistas de
la ciudad increíbles. Para nuestra sorpresa, la ciudad estaba inmersa en la”fashion week”. Como sabemos, Milán es
considerada una de las “capitales de la moda”, con lo que pudimos ver de
primera mano cómo se viste y vive la ciudad semejante acontecimiento.
Ese mismo día pusimos rumbo a Venecia de la mano de nuestro querido “Fiore” (nunca olvidaremos su
conducción…salvamos la vida gracias a su destreza, y
matamos el aburrimiento gracias a su repertorio musical), donde pasamos la
tarde instalándonos en nuestros bungalows. Al día siguiente, muertos de frío
debido a la falta de aire caliente en las habitaciones, pudimos disfrutar de la
magia de la ciudad entre canales y góndolas y, por supuesto acompañados por la
suerte, también vivimos su Carnaval, paseamos por las calles y puentes entre
máscaras y disfraces tan espectaculares que nos transportaban a la sociedad
aristocrática del s. XVII.
En nuestro tercer día llegamos a Florencia, ciudad universitaria y por
ello con un carácter y ambiente que merece la pena vivir. En nuestro primer día
pudimos descubrir poco a poco la ciudad ya que el centro histórico no es
demasiado grande y, al terminar el día, tuvimos la oportunidad de admirarel
atardecer de Florencia en un ambiente único desde el mirador de San Miniato,
acompañados de música (que nosotros mismos des/compusimos) y risas.
Al día siguiente, tuvimos una visita guiada por la
ciudad, por lo que además de disfrutar, también aprendimos y descubrimos más acerca
de la misma. Visitamos el Duomo: tanto su cúpula como el “campanille” y desde
allí contemplamos una panorámica de la ciudad de Florencia increíble, después
de subir unas… ¿800 escaleras? Aunque, pasado el cansancio… fue toda una proeza
que mereció la pena.
De camino a Roma realizamos una parada en Siena, considerada una de las ciudades
más importantes de la Toscana. Tan solo pasamos unas horas pero que resultaron
suficientes para admirar su arte y belleza; y su plaza más importante Plaza de Campo rodeada del Palacio Publico y la “Torre Mangia”. Realmente aquí el día no
acompañó mucho con la lluvia, pero ¡había ganas!
Y por fin llegamos a nuestra última parada: Roma, la ciudad eterna y que nunca
duerme. Durante nuestra estancia tuvimos dos visitas. La primera visita la
realizamos a la Ciudad del Vaticano, después ya por la tarde pudimos
sumergirnos por las calles de Roma con su encanto y sus monumentos
arquitectónicos: la Piazza Navona, el Panteón… La última parada fue La Fontana
di Trevi donde echamos unas cuantas monedas y pedimos unos cuantos deseos
también ¡Quién sabe!
Al siguiente día visitamos el Coliseo y alrededores,
pero el día no acompañó y la visita quedó empañada por un día de lluvia interminable
donde todos terminamos de agua hasta arriba, pero…¡fuimos unos auténticos campeones
aguantando!
La última mañana la reservamos para realizar las
últimas compras por el centro de Roma antes de regresar y, cómo no, todos
terminamos adquiriendo nuestra súper sudadera que nos identificaba como grupo.
En definitiva, un viaje en el que hubo tiempo para
reír, llorar, aprender… pero sobre de todo para disfrutar tanto de los lugares
como de la convivencia.