Tras un largo viaje en autobús y coronar algunas
cuestas de Lisboa, dejamos el equipaje en el hostel para, después de cenar, ir
al centro de Lisboa. Paseamos por plazas del centro como la de Rossio y tomamos
un cacharro en la terraza de un edificio plateresco magnífico, regresamos
apreciando los monumentos iluminados como el castillo de San Jorge al fondo.
Al día siguiente disfrutamos de las acogedoras y
típicas calles del precioso pueblo de Óbidos, repletas de casas en tonos
pastel, flores y gatos, donde degustamos delicatessem de frutos rojos. Nos
asombramos con las vistas desde la fortaleza medieval. Nos dirigimos al cabo
Peniche para hacernos fotos con el faro y las formaciones geológicas de su
costa. Fuimos a un centro multiaventura para comer, bañarnos en la playa y
después probar el tobogán de agua, hacer tirolina y tiro con arco. Los días
lucieron espléndidos.
El viernes visitamos el palacio de Mafra con sus históricas estancias y
grandiosa biblioteca. Comimos en el minero (alguno probamos los sabrosos pescados
portugueses) y seguido nos dirigimos a Sintra. Allí visitamos la Quinta da
Regaleira, que perteneció a un influyente masón, sus maravillosos jardines y
construcciones. Más tarde, algunos fuimos en carro motorizado (tuk tuk)
alrededor del bosque para admirar más cerca el Castelo dos Mouros y el palacio
de la pena, además de otras vistas, mientras otros aprovecharon para callejear
e ir de compras o para tomar algo en una terraza. Por la noche montamos en el
elevador de la Gloria para bailar en una fiesta típica en el barrio alto.
Nuesta última jornada arrancó recorriendo la costa de Lisboa con nuestro
bus. Paseamos por Belém, donde nos fotografiamos con el monasterio de los
Jerónimos, el monumento a los conquistadores y la torre de Belém. Por la tarde,
fuimos a Estoril, nos asomamos a la boca do Inferno y nos dirigimos a Cascais
para bañarnos, tocar la guitarra y cantar en la playa. Por la noche triunfó la
fiesta del Orgullo y algunos tuvimos conversaciones existenciales.
Fueron jornada de deleite para la vistas de costas y monumentos. Reímos,
cantamos, convivimos con los compañeros, los profes, el guía y el conductor.
