Llegamos a la exposición, nos colocan unos auriculares y al instante, nos adentramos en el propio cuerpo humano. Viajamos por ocho salas a través de las cuáles conocemos nuestra anatomía, desde la propia gestación hasta la muerte, pasando por conocer nuestro sistema óseo, muscular, digestivo, respiratorio, circulatorio y reproductor.
La técnica utilizada para poder observar todos estos cuerpos reales es la plastinación, un proceso de varias semanas o meses, donde líquidos y partes del tejido adiposo de los órganos son reemplazados lentamente por un polímero en condiciones de vacío y congelación.
Como decíamos, viajando por el interior del cuerpo humano, aprendemos cómo es y cómo funciona el organismo. Los cuerpos y órganos están colocados en distintas posturas y cortados de distintas formas según lo que se trate de explicar. Hemos podido ver un embrión humano de pocas semanas, su tamaño, conocer los huesos que conforman nuestro esqueleto y diferenciarlos con el de animales como el oso e incluso ver unos pulmones limpios y otros completamente negros a consecuencia del tabaco.
Se aprenden curiosidades tales como que una borrachera acaba con un millón de neuronas, que un fumador pierde hasta siete minutos de su vida por cada cigarrillo que fuma, por qué la mujer siente dolor en el parto, por qué respirar por la nariz evita resfriados, que desenredando todas nuestra arterias, venas, vasos, capilares, etc. podríamos llegar a dar hasta dos vueltas a la Tierra y un sin fin de datos asombrosos.
Esta exposición nos ha permitido observar a simple vista lo que sólo son capaces de ver los equipos médicos con las técnicas más avanzadas.La exposición es espectacular, única. Aprendemos a querer a nuestro cuerpo, a replantearnos realmente nuestros hábitos de vida. Felicitar a las personas que la han hecho posible y animaros a que la visitéis.
¡Nuestro cuerpo es increíble!
Raquel, Rosa, Carmen y Katherine (Ciclo Superior de Laboratorio y Diagnóstico Clínico)
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