¡Corre!
Aquella chica con pantalones vaqueros cortos, deportivas, malgastadas y respiración agitada, conocida como Maya, no sabía ni a dónde iba o si en algún momento terminaría en la costa de la isla con arena en sus zapatos.
Lo que sabía muy bien era del loco bastardo que apareció en el campamento y empezó a disparar con escopeta en mano. Sabía muy bien cómo sus amigos habían muerto delante suya y con certeza duda sabía que quizá hoy sería su último día.
-¡Joder, Joder! -repetía Maya en su cabeza sin cesar, tanta adrenalina y pensaba que su corazón iba a saltar de su pecho. Tenía las rodillas llenas de moratones y arañazos por no poder ver bien con la oscuridad acechándola. ¿Por qué no ha llamado por ayuda? Maya no tenía su móvil, se lo dio a los monitores que los guardaron en unas cajas. Ahora mismo se arrepentía de no haber mentido y haberles dicho que no había traído el móvil, y si intentase ir a la cabina de los monitores a por su móvil, la maldita puerta estaría cerrada.
Maya siguió corriendo por un buen rato. No sabía ni siquiera el cómo no se había desplomado ya, ni siquiera en educación física corría tanto. De repente divisó algo a lo lejos, ¡una cabina! No sabía muy bien si era una cabina de monitores o una cabina de comunicación, pero le tiró a suerte y con grandes zancadas, se dirigió hacia ella.
Se supone que tenía planeado ser discreta, pero eso se fue al garete cuando abrió la puerta de par en par y casi se la come con los dientes. Su primer instinto fue alcanzar para darle al interruptor de la luz, lo que no funcionó y dejó una queja de molestia salir de su garganta, genial, ese loco había cortado los generadores de luz de toda la maldita isla.
Maya decidió acercarse a los millones de botones de un panel de control, apagados, pero emitían una tenue luz que ayudaba. Cuando se acercó al panel, también escuchó un crujido de la puerta y esta cerrándose, deseaba que solo fuera el viento y ya está, pero a esta pesadilla le apetecía hacer cosas más interesantes y cuando intentó girarse para ver de dónde venía el sonido, una mano se lo impidió, y silenció el grito ahogado de la boca de Maya. Ella inmediatamente hizo lo mejor que sabía hacer y empezó a pegar puñetazos y patadas al aire, esperando que alguna cayera donde tuviera.
Maya dio un codazo, lo que recibió en respuesta un gruñido de dolor y la dejó ir. Maya se apartó del desconocido sujeto tan rápido como pudo, con una bocanada de aire y se giró para mirarlo.
- ¡Aléjate de mí cabronazo! - Maya gritó exaltada y con cierto horror en su voz, mientras escaneó la cabina por algo con lo que defenderse, pero fue en vano.
- ¡Joder, Maya! Soy yo, Matías. - el desconocido, dijo mientras se sostenía el costado donde recibió el codazo. Eso hizo que Maya abriera los ojos en sorpresa, debajo de la oscuridad se encontraba Matías delante de ella.
- ¡Maldita sea, Matías! ¡No hagas esas mierdas! - Maya dijo con cierto enfado, pero un poco reconfortada, ya que no era ningún loco asesino.
- Perdón, era para que no gritaras y alertaras a toda la isla. - Matías dijo con un suspiro mientras se masajeaba su costado. - No sabía que pegabas tan bien. - Matías dijo con una sonrisa ladeada, a lo que Maya rodó los ojos.
- Bueno, al menos no estoy sola, estoy con tu estúpido trasero. - Maya dijo mientras cruzaba los brazos, lo que hizo que Matías sonriera aún más grande.
Era un comentario sincero, aunque Matías era un tonto, ahora Maya preferiría estar con él que con cualquier otro, sobre todo con un asesino por ahí.
- De nada por haberte seguido para que no estés sola. - Matías, dijo mientras rodó los ojos. Maya le dio una mirada extrañada, ´´ Eso sí que es raro``, pensó. - Venga vamos, sé un lugar donde los demás se esconden. - Matías dijo mientras señaló a la puerta de la cabina con un movimiento de cabeza.
- ¿Los demás? Qué alivio. Maya se susurró con un suspiro y una sonrisa de esperanza, mientras se adelantó y salió por la puerta. Matías la siguió con la mirada y miró por última vez a la cabina y dirigió su mirada, seria esta vez, a una cámara en la esquina superior derecha, la lucecita verde de encendida parpadeando. Luego fue y siguió a Maya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario